jueves, febrero 16, 2006

Stream of Passion

El pasado sábado fui a un concierto y escribí la siguiente crónica, que supongo se publicará en Los recuerdos del unicornio (enlace aquí al lado). Antes unas pocas palabras para describir al grupo: 3 holandeses, 3 mejicanos y una guitarrista sueca. Estilo, para entendernos, próximos a Evanescence. Líder del grupo: Ayreon músico con una carrera muy larga y bastante desconocida en este país, desde el 2000 debe haber sacado unos 7 discos liderando cuatro grupos diferentes (contando éste).

A pesar de no conocer más que un par de canciones decidí ir al concierto por dos tres razones: lo que había oído tenía buena pinta, participaba Arjen Lucassen (Ayreon), lo cual es una garantía de la solidez del proyecto y finalmente porque lo organizaban amiguetes y hay que apoyar este tipo de iniciativas. La sala estaba cerca del lleno objetivo, unas 250 personas, lejos del lleno subjetivo que es el que establece el aforo máximo, 500 personas, no me quiero imaginar como estaría la sala con semejante cantidad de gente. Esto es una buena noticia porque la organización ha ganado dinero (poco) y la sala no estaba irrespirable.

El telonero era Damian Wilson, cantante con una trayectoria larga y poco conocida. Acompañado únicamente por una guitarra acústica desgranó varios temas de sus trabajos en solitario. Al comprobar que no conectaba con parte de la audiencia, que no quería a un cantautor sino a una banda completa, dio una lección de showman, haciendo al público intervenir en Satisfaction (sí, la de los Stones), bajándose del escenario para cantar entre el público. Un profesional.

Y a continuación, el plato fuerte: Stream of Passion. Lo primero que destaca, desde el principio es una puesta en escena impecable, entrando poco a poco los músicos en escena hasta culminar con la explosión causada por los dos guitarristas: Arjen y Lori Linstruth al entrar en escena con un poderoso riff combinado. El juego de luces fue muy efectivo a lo largo de toda la noche, algo meritorio si se tiene en cuenta tanto las características de la sala como la cantidad de focos que llevaban. La banda cumplió con creces en escena y mantuvo un sonido de gran calidad a lo largo de todo el espectáculo. El único pero que pondría es el bajo nivel de los teclados, cuando entraban las dos guitarras en escena simplemente no se oían. Eso sí, hay que tener en cuenta que cuando acometían los riffs más metaleros no tenían nada que envidiar a cualquier grupo metálico, difícil mantener los teclados audibles ante esas descargas de decibelios. Las prestaciones del grupo rayaron a gran altura: el trabajo de los guitarristas impecable, un bajista (Johan Van Strattum) de gran nivel y al que se le notan sus declaradas influencias del nu-metal. El batería no destacaba con alardes pero llevó el entramado rítmico de las canciones con gran solvencia. Para acabar, last but not least, la sección mexicana, las voces de las hermanas Bovio muy notables a lo largo de la noche y el teclista Alejandro Millán sobrio y efectivo, que no efectista. Quizá no sean mi grupo favorito, pero no me cabe duda que asistí a un gran concierto, entretenido y con el aliciente adicional de conocer a los músicos después del concierto. Hay que animar a los organizadores para que sigan en la brecha, hoy tienen en mi un oyente agradecido.

Siempre me queda una pregunta cuando asisto a un evento de este tipo. Si Evanescence está en los 40 y Nightwish llenan salas de mayor aforo, por qué S o P sólo consiguen convocar a 250 personas. A mi entender esta música tiene potencial para llegar al menos a 2000 personas, a poco que los medios le prestasen un poco de atención.

PD. subiré una foto cuando funcione el programa correspondiente.

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Próximos a evanescence, ¿lo consideras una aclaración?
Heptafon, tú otro blog, me mata.

11:37 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

tu, sin acento.

11:37 p. m.  
Blogger heptafon ha dicho...

Angel, este comentario seguramente se publique, como me han publicado algún que otro, es cuestión de tener el marco de referncia adecuado. Creo que, por mucho que diga don't touch my balls, está justificado el separar los temas. De todas formas, la biografía de Syd Barrett es accesible y tiene fotos, eso sí, lo que he publicado es la parte menos interesante.

9:51 a. m.  

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