viernes, febrero 17, 2006

San Silvestre 1993


Eran otros tiempos. Y sin embargo aun me parece que la fecha es reciente. 1993 no está tan lejos ¿o sí?.

jueves, febrero 16, 2006

Stream of Passion

El pasado sábado fui a un concierto y escribí la siguiente crónica, que supongo se publicará en Los recuerdos del unicornio (enlace aquí al lado). Antes unas pocas palabras para describir al grupo: 3 holandeses, 3 mejicanos y una guitarrista sueca. Estilo, para entendernos, próximos a Evanescence. Líder del grupo: Ayreon músico con una carrera muy larga y bastante desconocida en este país, desde el 2000 debe haber sacado unos 7 discos liderando cuatro grupos diferentes (contando éste).

A pesar de no conocer más que un par de canciones decidí ir al concierto por dos tres razones: lo que había oído tenía buena pinta, participaba Arjen Lucassen (Ayreon), lo cual es una garantía de la solidez del proyecto y finalmente porque lo organizaban amiguetes y hay que apoyar este tipo de iniciativas. La sala estaba cerca del lleno objetivo, unas 250 personas, lejos del lleno subjetivo que es el que establece el aforo máximo, 500 personas, no me quiero imaginar como estaría la sala con semejante cantidad de gente. Esto es una buena noticia porque la organización ha ganado dinero (poco) y la sala no estaba irrespirable.

El telonero era Damian Wilson, cantante con una trayectoria larga y poco conocida. Acompañado únicamente por una guitarra acústica desgranó varios temas de sus trabajos en solitario. Al comprobar que no conectaba con parte de la audiencia, que no quería a un cantautor sino a una banda completa, dio una lección de showman, haciendo al público intervenir en Satisfaction (sí, la de los Stones), bajándose del escenario para cantar entre el público. Un profesional.

Y a continuación, el plato fuerte: Stream of Passion. Lo primero que destaca, desde el principio es una puesta en escena impecable, entrando poco a poco los músicos en escena hasta culminar con la explosión causada por los dos guitarristas: Arjen y Lori Linstruth al entrar en escena con un poderoso riff combinado. El juego de luces fue muy efectivo a lo largo de toda la noche, algo meritorio si se tiene en cuenta tanto las características de la sala como la cantidad de focos que llevaban. La banda cumplió con creces en escena y mantuvo un sonido de gran calidad a lo largo de todo el espectáculo. El único pero que pondría es el bajo nivel de los teclados, cuando entraban las dos guitarras en escena simplemente no se oían. Eso sí, hay que tener en cuenta que cuando acometían los riffs más metaleros no tenían nada que envidiar a cualquier grupo metálico, difícil mantener los teclados audibles ante esas descargas de decibelios. Las prestaciones del grupo rayaron a gran altura: el trabajo de los guitarristas impecable, un bajista (Johan Van Strattum) de gran nivel y al que se le notan sus declaradas influencias del nu-metal. El batería no destacaba con alardes pero llevó el entramado rítmico de las canciones con gran solvencia. Para acabar, last but not least, la sección mexicana, las voces de las hermanas Bovio muy notables a lo largo de la noche y el teclista Alejandro Millán sobrio y efectivo, que no efectista. Quizá no sean mi grupo favorito, pero no me cabe duda que asistí a un gran concierto, entretenido y con el aliciente adicional de conocer a los músicos después del concierto. Hay que animar a los organizadores para que sigan en la brecha, hoy tienen en mi un oyente agradecido.

Siempre me queda una pregunta cuando asisto a un evento de este tipo. Si Evanescence está en los 40 y Nightwish llenan salas de mayor aforo, por qué S o P sólo consiguen convocar a 250 personas. A mi entender esta música tiene potencial para llegar al menos a 2000 personas, a poco que los medios le prestasen un poco de atención.

PD. subiré una foto cuando funcione el programa correspondiente.

jueves, febrero 02, 2006

Lacrimosa Lichtgestalt


Siempre que me dispongo a reseñar algún disco me encuentro ante la misma disyuntiva: ¿supongo que ya hay un conocimiento previo del artista y su obra o no?. Normalmente tiro por la calle de enmedio y describo el disco y lo comparo con otros del mismo artista o con otras obras similares. En este caso la elección tiene cierta trascendencia porque Lacrimosa es un grupo bastante característico, de tal manera que si tenéis un cierto conocimiento de su obra es relativamente fácil describir este disco. En fin, si pertenecéis al grupo de conocedores, saltaos el siguiente párrafo, y si no tenéis ni idea de quién son y de que van, leed la siguiente introducción.

Lacrimosa es, aparte del nombre de una de las partes de la misa de requiem, un duo formado por Tilo Wolff y Anne Nurmi. Sobre Tilo, alemán de 33 años, recae el peso fundamental del grupo, la composición de música y letras (en alemán), la producción, los arreglos y la voz solista. Anne suele componer una canción por disco, toca teclados y canta de vez en cuando. Por supuesto, se acompañan de más músicos tanto en directo como en estudio pero en principio el resto ni pincha ni corta, tocan lo que dice Tilo y se acabó. Presentados los componentes, una breve historia: El grupo se fundó en 1990, el primer disco (Angst) es casi minimalista, con pocos arreglos, dominado por unos teclados y un ambiente triste y opresivo, muy gótico. La temática de las letras es muy romántica en el sentido literario del término: la soledad, la desesperación del amor ilusorio o no correspondido, la muerte. En una primera fase van incorporando elementos rock, incluso heavy metal, a la música en los sucesivos trabajos, (Einsamkeit, Satura, Schakal). En 1994 se incorpora Anne al grupo. Poco a poco van apareciendo elementos de música clásica en los discos, hasta alcanzar una cierta afinidad con grupos como Therion o (posteriormente) Nightwish, After forever y similares, un algo de metal sinfónico (por ponerle alguna etiqueta). Asimismo las letras dejan de ser tan deprimentes. Con Elodia (1999) dan un paso más adelante y dejan en un plano secundario la instrumentación típica del rock para darle más protagonismo a la orquesta, además es una obra conceptual, una historia contada en tres actos. Además, personalmente, la manera de integrar los arreglos clásicos es de las mejores qeu he oído. Aunque Fassade, el siguiente trabajo, mantiene esta línea, Echoes, el penúltimo disco, inclina la balanza aún más hacia la inspiración clásica. Basta con decir que la pieza que abre el album (Kyrie) son 12 minutos de orquestación sin que canten ni Tilo ni Anne y la que cierra el disco es un requiem para tres violonchelos y piano de pareceida duración . Después de esta breve pincelada para situarnos seguimos con Lichtgestalt.

El disco se abre con Saphire y en los primeros compases parece que va a seguir la línea de Echoes con cuerdas y un clarinete iniciando una introducción muy suave. Despues empieza a cantar Tilo con el añadido de una percusión muy suave y un coro femenino, a continuación se une el bajo y una guitarra acústica, todo muy dulce e idílico hasta que entra un riff poderoso de guitarra eléctrica que no desmerecería en un disco de Metallica (por poner un ejemplo). La voz se hace más desgarrada y se ve claramente que Lacrimosa vuelven más al estilo de Fassade. La manera de cantar de Tilo sigue siendo sobresaliente, con un apasionamiento que encaja perfectamente con la música. Saphire prosigue suavemente de nuevo, para acabar apagándose tras otra descarga metalera. Las dos siguientes canciones son del tipo single, bastante más convencionales, pero sobre todo Lichtgestalt, de muy alta calidad. Nachtschatten vuelve al estilo suave, con una deliciosa sección de cuerdas y la voz de Tilo sobrevolando los arreglos hasta un final acelerado y más en plan final apoteósico. Las dos siguientes tienen una característica novedosa, son las primeras letras(que yo sepa) que Tilo compone en inglés, My last goodbye presenta un duo entre Anne y Tilo mientras que en The party is over vuelve a ser Tilo el que lleva la voz cantante. Dos canciones melancólicas y tranquilas, sobre todo la segunda. Letzte Ausfahrt: Leben da un poco de caña y nos deja con la última canción que, como acostumbran es otro tour de force, 14 minutos y medio con una instrumentación equilibrada entre el grupo rock y la orquesta y los coros más clásicos. Hay un tema extra, pero eso es una sorpresa y no lo comento.

Para mí es un espléndido disco al que sólo puedo achacar que tiene un aire como de algo ya escuchado, el parecido estilístico y melódico con obras previas es evidente. Por ello me ha dado un poco de pereza llegar a apreciarlo en su totalidad. Ahora bien ¿mantener un estilo propio es un delito cuando vemos (y no quiero señalar a nadie) cantidad de gente machacando ideas mucho más obvias? ¿cuando algunos críticos alaban a neófitos que no hacen más que dar un repaso a la historia del rock?. Para alguien que nunca haya escuchado a Lacrimosa puede ser una iniciación perfecta a este grupo que escapa al molde del rock gótico.

PD. Las pintas que llevaba el señor Tilo son bastante notables: parece un cruce entre Alaska y Robert Smith (The Cure). Para más información www.lacrimosa.de.